LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL. SUS CONSECUENCIAS PARA LA HUMANIDAD
Para el estudio de la globalización
neoliberal, es necesario tomar como punto de partida el término globalización.
Este término, es definido por la Enciclopedia Encarta como: un concepto que
pretende describir la realidad inmediata como una sociedad planetaria, más allá
de fronteras, barreras arancelarias, diferencias étnicas, credos religiosos,
ideologías políticas y condiciones socioeconómicas y culturales. Surge como
consecuencia de la internacionalización cada vez más acentuada de los procesos
económicos, los conflictos sociales y los fenómenos políticos-sociales.
Desde el punto de vista operacional, la
globalización puede ser asumida como: un prolongado y complicado proceso de
internacionalización de los diversos fenómenos que tienen lugar en el planeta
Tierra (económicos, políticos, sociales…), en la dialéctica de lo objetivo y lo
subjetivo, de acuerdo con los adelantos de la ciencia y la técnica, cuya
expresión está condicionada por el momento histórico-concreto en que se
manifiesta.
Se considera, que esta última definición
resulta de gran importancia para la comprensión adecuada de este fenómeno pues
se refiere a una serie de aspectos que lo caracterizan y no la equipara a la
globalización neoliberal.
El compañero Fidel, más allá de brindar una
definición cerrada del término, considera que la globalización no es un
capricho de nadie, no es ni siquiera, un invento de alguien. La globalización
es una ley histórica, es una consecuencia del desarrollo de las fuerzas
productivas y un producto del desarrollo de la ciencia y la técnica . Es necesario señalar, que la
globalización no es un fenómeno privativo de la contemporaneidad pues ya en la
época de descomposición de la Comunidad Primitiva y el surgimiento del
Esclavismo se evidenció cierto nivel de internacionalización aunque este
proceso se vio frenado por la llegada del Feudalismo. A partir del
descubrimiento de América, en 1492, la globalización alcanza su estatus o
expresión moderna estrechamente relacionada con la no consideración de los
intereses de las mayorías y el ataque a la identidad cultural, política y
social de las naciones pobres.
En la actualidad el tipo de
globalización que persiste es la neoliberal. Los teóricos de esta modalidad
globalizadora, pretenden presentarla como un producto del desarrollo de la
humanidad y la única alternativa posible para la internacionalización de las
relaciones económicas y políticas a nivel global; cuestión que se debe tener
presente para evitar interpretaciones y posiciones erróneas con respecto a este
fenómeno.
En este sentido, el economista
holandés Win Dierckxsens se pronunció al respecto y reconoció que “la
globalización neoliberal, en esencia, es más un proceso de recomposición de la
acumulación de capital a escala mundial basado en la concentración de la
riqueza a costa del desarrollo, y no, como sus defensores plantean, un modelo
que sería fruto de un avance del proceso tecnológico en el campo informativo y
de la comunicación ”.
La globalización neoliberal tiene
sus precedentes teóricos en el liberalismo económico de finales del siglo XVIII
y principios del XIX, que se asentaba en tres pilares básicos: la desregulación
estatal, la privatización y el libre comercio. Por estas razones, el
liberalismo económico beneficia el desarrollo de una economía de mercado donde
se reduzca a lo imprescindible la intervención estatal en los asuntos del
mercado; si bien no niega la necesaria participación del Estado en los asuntos
económicos.
El neoliberalismo tiene su génesis
en los últimos años de la Segunda Guerra Mundial y su plataforma programática
queda enunciada en el libro de Friedrich Hayek, “Camino de Servidumbre”. En
esta obra, Hayek advierte sobre el peligro de la intervención del Estado en los
asuntos económicos y su posición teórica se convirtió en la respuesta de las
clases más reaccionarias contra el naciente Estado de Bienestar.
Pero el momento crucial para el
desarrollo acelerado de la doctrina neoliberal fue, sin lugar a dudas, el
derrumbe del campo socialista y la desaparición de la Unión Soviética. A partir
de este momento histórico y del fin de la guerra fría, el eje de enfrentamiento
Este-Oeste se desplazó en la dirección del Norte-Sur y preconizó una política
que pretende el saqueo de las riquezas de los países pobres por parte de las
naciones poderosas. Todo esto, bajo el pretexto de que la humanidad participe
en una economía de mercado y en un mundo sin fronteras.
A este hecho, se sumó el
desarrollo de las fuerzas productivas y los avances de la tecnología que
requieren la eliminación de las fronteras y la reducción de las barreras
arancelarias fundamentalmente en los países pobres y permiten la anexión de las
riquezas de dichas naciones a la élite capitalista.
La globalización tiene tres
frentes. El primer frente es el frente económico. La globalización liberal es,
esencialmente, un fenómeno económico y financiero. El segundo frente que se ha
abierto después del 11 de septiembre es el frente militar. Los EE.UU. han
asumido la función de ser el brazo armado de la globalización. Este segundo
frente supone que todo aquel que se opone a la globalización corre el riesgo de
ser acusado de terrorismo. Pero a estos dos frentes se añade un tercer frente,
que en mi opinión es un frente central, y que es el frente ideológico. Es el
frente de tratar de convencer a cada persona del planeta de que la
globalización es lo mejor que le puede ocurrir al planeta. Esa es la idea. Y
quien trabaja sobre ese frente son los medios de comunicación .
La doctrina neoliberal defiende
como valor fundamental: la competencia, no sólo desde el punto de vista
nacional y empresarial sino también entre las personas; a las cuales mide su
valor de acuerdo a su capacidad para obtener ganancias, a sus triunfos en el
aspecto económico. Además, pondera la internacionalización de las finanzas, el
capital y las empresas; estrategia que sus ideólogos consideran inevitable e
irreversible.
Otro aspecto básico del
neoliberalismo, lo constituyen sus consideraciones sobre el papel del Estado en
la dirección de los procesos económicos. Según su visión, el Estado es un
obstáculo para la eficiencia del mercado, frena el proceso de acumulación y
dificulta la libre circulación de bienes y capitales. Propugna la privatización
de las actividades económicas, la disminución de los gastos públicos y una
mayor participación de las empresas transnacionales en el espacio público.
Todas estas medidas, despojan a los gobiernos de su papel en la regulación de
las economías nacionales.
El debilitamiento del papel
económico del Estado provoca grandes consecuencias para las economías
nacionales. Estas secuelas se agrupan en dos direcciones fundamentales: en
primer lugar, la capacidad para la promoción del desarrollo en los marcos
nacionales es eclipsada por la acción de la competencia y la presión de
mecanismos supranacionales como la OMC, el FMI y el Banco Mundial. Con este
fin, se promueve la privatización de todas las propiedades estatales de interés
para el capital transnacional. En segundo lugar, los estados se tornan
incapaces de desarrollar la necesaria gobernabilidad para controlar los
mecanismos de la economía internacional que están estrechamente relacionados
con los espacios económicos nacionales.
Estrechamente vinculado a sus
consideraciones respecto al papel del Estado, se encuentran sus planteamientos
sobre el libre comercio. De acuerdo a su criterio, en un comercio libre el
mercado funcionará de forma perfecta, dividirá de forma óptima los recursos y
especializará a cada país en las producciones donde sea más eficiente. Para su
buen funcionamiento, el Gobierno no debe participar en la dirección de los
procesos económicos y está obligado a dejarlos al libre albedrío de la
competencia.
La liberalización del comercio se
asienta en la eliminación de las cuotas de importación y la reducción de la
unificación de los aranceles. Esto produce un aumento del déficit
presupuestario e impide que los gobiernos nacionales puedan efectuar una distribución
efectiva del comercio exterior; afectando los productos nacionales que son
sustituidos por los de importación. Además, la liberalización comercial no
incluye a los productos donde los países subdesarrollados son más competitivos.
Por ejemplo, se manifiestan tendencias a la sustitución de las organizaciones
tercermundistas de integración económica por proyectos hegemónicos y
colonizadores como el ALCA. De esta forma, el libre comercio sirve de
instrumento para la dominación de los países pobres pues favorece el realce y
la permanencia de las desigualdades y se convierte en un escenario de lucha por
el control de los mercados.
El neoliberalismo se convierte en
la negación de la democracia; porque constituye un elemento de dominación
vinculado fundamentalmente a la competencia política y a los procesos
electorales. La “democracia neoliberal” carece de contenido; pues el Estado
abandona una parte importante de sus responsabilidades con la sociedad y los
intereses autóctonos de las naciones, al poner por encima los intereses de las
potencias imperialistas y las transnacionales.
La globalización neoliberal se
asienta sobre un conjunto de instrumentos que garantizan el cumplimiento de los
objetivos propuestos por el capital. Entre estos instrumentos se destacan: la
privatización, la devaluación monetaria, las condiciones impuestas a los países
deudores, los presupuestos, la liberalización del comercio, la dolarización de
los precios domésticos y el debilitamiento del poder del Estado.
Por ejemplo, la reforma estructural
de la tierra y la agricultura se propone confiscar y/o hipotecar las tierras de
los pequeños propietarios y aumentar el sector de los negocios agrícolas a
partir de la formación y desarrollo de una clase de trabajadores carentes de
tierra. Este accionar serviría a los intereses de los países acreedores de la
deuda externa; pues las tácticas del Banco Mundial se efectuarán en base a la
venta de estas tierras lo que producirá grandes ingresos que engrosarán los
bolsillos de los prestamistas.
La globalización neoliberal
implica también un altísimo nivel de concentración de la propiedad y del
capital en manos de un pequeño grupo de capitalistas representados a través de
los grandes consorcios transnacionales; lo que impide un reparto equitativo de
las riquezas del mundo en el que vivimos.
Esta realidad, provoca un conjunto
de consecuencias negativas para la humanidad que se expresan en todos los
ámbitos y esferas de la vida cotidiana y que son cada día más evidentes.
En primer lugar, la globalización
neoliberal ha incrementado la brecha entre ricos y pobres no sólo entre los
países ricos y pobres (norte-sur), sino también en el interior de las naciones.
De acuerdo a un informe presentado
por CEPAL, el índice de pobreza en América Latina se elevó de un 41% en 1990 a
un 45% en año 2000 y en el mundo en su totalidad se considera que la cifra de
personas que viven en condiciones de pobreza extrema alcanza los 1200 millones.
El índice de desigualdad del ingreso per cápita en América Latina se incrementó
del 0,51 en 1950 al 0,70 en 1998 y el 20% más rico de la población recibe cerca
de 19 veces más ingresos que el 20% más pobre. Además, plantea en dicho
informe, que la diferencia de ingreso entre los países pobres y los ricos
aumentó de 37 veces en 1960 a 74 veces en el presente.
Estas desigualdades tienen su base
en las escasas oportunidades de acceder a un empleo decoroso que les posibilite
satisfacer sus necesidades básicas y las de su familia.
En la actualidad más del 40% de la
población mundial en edad laboral se encuentra en condiciones de desempleo o
subempleo. El trabajo en el sector informal ha mostrado un sostenido
crecimiento; lo que resulta preocupante pues es un compromiso laboral sin
seguridad social, sin seguro contra el desempleo, sin derechos ante la
invalidez o la disminución de la capacidad laboral; en fin sin protección al
trabajador. Además, se ha incrementado la explotación del trabajo infantil y
femenino.
La liberalización financiera
facilita la fuga de capitales de los países pobres hacia los ricos y que
enormes cantidades de dinero procedentes de la especulación y la corrupción,
pasen a engrosar el capital de instituciones bancarias foráneas que las
utilizan en su beneficio.
También, se expresa la tendencia a
la disminución de la ayuda oficial de los países del primer mundo al
desarrollo; la que intenta sustituir por los “beneficios del libre comercio”.
El intercambio desigual en el
comercio es otro fenómeno que provoca cuantiosas pérdidas para los países
subdesarrollados. Se estima que anualmente se pierden por este concepto en el
mundo en desarrollo alrededor de 100 mil millones de dólares.
La relación de intercambio entre
los países del norte y del sur, con excepción del petróleo y las manufacturas,
disminuyó en más del 20 % (en el caso del continente africano el descenso fue
del 25%; así tuvo que incrementar sus exportaciones más de un tercio para
mantener el nivel de importaciones de 1980).
Esta situación se debe a la
disminución de los precios de los productos que exportan las naciones pobres.
Por ejemplo, las exportaciones de café aumentaron de 3 millones 700 mil
toneladas en 1980 a 5 millones 900 mil toneladas en el año 2000; el ingreso recibido
disminuyó de 12 mil 500 millones de dólares, en 1980, a 10 mil 200 millones en
el 2000. Además, los países desarrollados reciben más ganancias por estas
mercancías que sus mismos productores.
A esto se suman los efectos
negativos de la deuda externa; la cual se incrementó de 461 mil millones de
dólares en 1991 a cerca de 726 mil millones en el 2001 y se pagó entre 1992 y
1999 la cifra de 913 mil millones, mucho más que la propia deuda.
Por otro lado, el endurecimiento
de los derechos de propiedad y la brecha tecnológica provoca el desembolso de
cuantiosos recursos por parte de los países en vías de desarrollo. A esto se
suma el “robo de cerebros” que despoja a las naciones pobres de los recursos
humanos necesarios para llevar a cabo sus planes de desarrollo. El efecto
económico de esta política se estima en no menos de 50 mil millones de dólares
por año.
Otra consecuencia importante de la
globalización neoliberal para los países del Tercer Mundo, lo constituye el
deterioro del medio ambiente. La elevación de la temperatura del planeta debido
al efecto invernadero, se encuentra motivada por la emisión de sustancias de
efecto invernadero producidas por el consumo de combustibles fósiles y otras
sustancias contaminantes.
La deforestación produce la disminución
de las zonas boscosas del planeta y el aumento del contenido de dióxido de
carbono en la atmósfera. Además, producto a la emisión de estas sustancias, se
ha producido la rotura de la capa de ozono; lo cual ha desatado el aumento del
cáncer de piel debido a la exposición excesiva a los rayos ultravioletas.
La erosión de los suelos, la
salinización y la desertificación han producido la degradación de la tierra;
con la consiguiente disminución de su productividad. Toda esta situación
ambiental ha provocado la disminución de la biodiversidad de especies en todo
el planeta.
Todos los efectos negativos,
planteados con anterioridad en relación a la globalización neoliberal, se
quedan pequeños si se comparan con las profundas consecuencias sociales que esta
política ha acarreado a toda la humanidad.
Se plantea que el número de
hambrientos en el mundo ha aumentado durante los últimos 25 años en 300
millones. El 85% de la población, la cual se concentra en los países pobres,
consume solamente el 30% de la energía, el 25% de los metales y el 15% de la
madera.
En el planeta existen 854 millones
de adultos analfabetos, porcentaje que en América latina se eleva al 11,7% de
la población, 325 millones de niños no asisten a la escuela y la cifra
analfabetos totales y funcionales alcanza los miles de millones.
El índice de mortalidad infantil
en menores de un año alcanza la cuantía de 55 en el mundo y 32 en América
Latina, por cada mil nacidos vivos. En este aspecto también se evidencia la
diferencia entre los países ricos y los pobres pues el índice mortalidad
infantil de las naciones pobres es doce veces mayor que el de las ricas.
En los países subdesarrollados,
nacen anualmente 150 millones de niños con bajo peso; cuestión que aumenta el
riesgo de muerte prematura y tiene implicaciones negativas para el normal
desarrollo físico y mental de estos infantes. Además, en dichas naciones,
mueren diariamente 33 mil niños de enfermedades curables.
El ejercicio de la medicina, en la
actualidad, expresa una visión centrada en la enfermedad y no intenta
intervenir sobre la salud globalmente considerada. No tiene en cuenta las
acciones de promoción de salud y prevención de la enfermedad; pues consideran
este problema un negocio y entre más personas enferman existan, mayores serán
sus ganancias.
La industria farmacéutica afecta a
los países del Tercer Mundo, pues ofertan productos farmacológicos a precios
elevados en vez de ofertar productos genéricos cuyos precios son más asequibles
para la sociedad en su conjunto.
Los factores determinantes de las
condiciones de salud como: creencias de salud, conductas de salud, conductas de
enfermedad, factores de riesgo, programas de salud, nutrición, situación
sanitaria, programas de prevención y promoción en salud, entre otros aspectos;
se ven afectados por la globalización neoliberal debido al olvido del bienestar
de las personas y la búsqueda constante e irracional de ganancias.
El incremento de la miseria ha
provocado que el término “pobreza” sea considerado un concepto epidemiológico;
el cual está integrado el bajo nivel socioeconómico de un determinado país, el
nivel de desempleo, el bajo nivel de escolaridad y el bajo nivel de la economía
familiar. Además, se constituye en uno de los factores fundamentales en la
morbilidad y mortalidad a nivel global; así como en la aparición de los agentes
desencadenantes de las enfermedades.
En el marco familiar, la
globalización neoliberal, ha provocado el agravamiento de los conflictos
generacionales (padre-hijo) y de género (hombre-mujer), con el consiguiente
aumento del grado de desintegración familiar, de los conflictos familiares y de
la violencia doméstica. También, ha estimulado el cambio de las costumbres,
valores y estilos de vida familiares.
La migración hacia los países
desarrollados se ha incrementado, debido a que los ciudadanos de las naciones
pobres buscan mejores condiciones de trabajo y de vida; aunque en realidad lo
que encuentran es rechazo, explotación, opresión y subvaloración.
Otro problema de gran impacto
social es el aumento de los índices de prostitución. Por ejemplo, se considera
que dos millones de niñas son forzadas a ejercer la prostitución.
Todas estas consecuencias
negativas, demuestran la insostenibilidad del orden económico y político
neoliberal. Además, manifiestan la creciente necesidad de luchar por revertir
esta situación por el bien de toda la humanidad.